Tortura y secuelas en niños | Escritos

Dr. Carlos Alberto Arestivo

 

Las familias que han sido perseguidas políticamente y torturadas por la Policía, han dejado secuelas en los que fueron torturados y fueron diagnosticados como trastorno por estrés post traumático, y también los  hijos pequeños, que en muchos casos  no habían nacido aún durante  la prisión de su padre o madre,  han padecido síntomas que aún perduran en el tiempo.

Si bien los niños pequeños no comprendían  o no fueron testigos de las persecuciones de sus padres o hermanos mayores,   todo el entorno familiar ha vivido situaciones de miedo y ansiedad constante y por mucho tiempo, estableciéndose en la familia y en la sociedad misma,  una especie de cultura del miedo.

Estos niños, en plena  la edad de conformación de su personalidad han vivido en ese contexto familiar esta experiencia y  sin pretenderlo ha inducido a generar en el niño conductas que desestabilizan el normal desarrollo psicoafectivo de los mismos.

Estos síntomas que fueron una constante durante el proceso de desarrollo de su personalidad, y siguen apareciendo en la vida adulta que se  manifiestan  por desconfianzas, cuidados extremos al hablar, a relacionarse con personas que son o fueron perseguidas políticamente, aislarse, no hablar del tema etc. este clima de tensión y estrés es la secuela de lo que el niño absorbió y al parecer, la situación vivida ha  modelado su estructura caracterial con el desarrollo de actitudes de desconfianza o cuasi paranoicas.

Esto lo hemos constatados en cientos de pacientes, hijos de víctimas de la tortura, algunos en  su corta edad, vivieron la experiencia del miedo familiar y otros que  habían nacidos después de que el familiar haya sido puesto en libertad,  pero el clima de tensión siempre estuvo presente y marcó toda una política de conducta en la familia.

Indudablemente los niños, en este contexto familiar, han absorbido los elementos que conforman su estructura de personalidad. Los síntomas que aparecen y perduran por muchos años después, son parecidos a los de los que padecieron la tortura y fueron diagnosticados por Estrés post traumático.

En un trabajo de Margarita A. Tapia Paniagua y Nohemí Pérez Vélez Mendoza sobre “La transmisión transgeneracional del Psiquismo” (Universidad Vasco de Quiroga, Morelia, Mich) expresa:

“Actualmente se considera que el psiquismo humano posee una “herencia  psicológica”, adquirida por un proceso de aprendizaje de patrones o estilos de comportamiento que los miembros de la nueva generación toman de los adultos que fueron significativos en su desarrollo. Las personas tienden a repetir acontecimientos que los marcaron en forma temprana. Sin embargo parece ser que no solo se repiten las cosas que ocurren directamente entre una madre o padre y su hijo(a), (transmisión intergeneracional) sino que también existen influencias del mundo representacional de los abuelos en el desarrollo y en la estructuración psíquica de un nuevo ser, (transmisión transgeneracional)”.

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