Lanzamiento del libro “Psiquiatría sí…pero crítica”

 

Luego de escribir mi anterior libro “Del manicomio a la comunidad Terapéutica” me surgieron muchas inquietudes y sobre todo después de discutir acaloradamente el proyecto de Ley sobre la Salud mental presentado por las Senadoras Gusinsky y Samaniego, y dialogando con los colegas que me precedieron decidimos escribir nuestros conceptos sobre la salud mental y así nació la colección “Psi critica”:

Yo llamé a mi libro Psiquiatría sí … pero crítica, porque me pareció necesario reivindicar a la psiquiatría y a la medicina misma.

Ya el Dr. Philip Pinel a pocos años de la Revolución francesa y como Director de la Clínica Salpetriere de Paris consideró que los pacientes engrillados debían ser liberados, porque consideró una arbitrariedad ese procedimiento.

Los pacientes mejoraban y vieron que no era necesaria esa modalidad y a esa acción se la llamó psiquiatría moral.

Pero sin herramientas terapéuticas se siguió empleando acciones totalmente empíricas inclusive perversas como la lobotomía, la malario terapia, el electroshock.

En los albores del siglo XX Sigmund Freud introduce una modalidad nueva no solo con criterio de un trato humano sino con criterio de investigar lo que le pasa a esa persona que sufre.

Con esta actitud en la psiquiatría se inicia un proceso que reivindica los valores de la persona, la posibilidad de restablecer o rehabilitar sin dañar como reza la medicina.

Hace ya 50 años que inicié mi carrera de especialidad en la Escuela de Psiquiatría de la Universidad de Génova, allí, lo primero que me enseñaron eran tres cosas: Primero lo que reza la medicina, Primum non nocere …no dañar, segundo el paciente es por sobre todas las cosas una persona que sufre y como tal hay que tratarla y tercero, siempre tener en cuenta que los síntomas son solo un indicador de que algo no anda bien en esa persona.

Al regresar al Paraguay, un profesor de la antigua escuela, pero sin embargo con gran apertura, el Prof. Isaac Cegla, Director del Hospital Psiquiátrico, me permitió crear en un pabellón nuevo, la primera Comunidad terapéutica del Paraguay, allá por los años 76 al 83 del siglo pasado, allí utilizamos la modalidad aprendida en Génova, la Comunidad terapéutica y con un grupo audaz de jóvenes médicos, psicólogos, enfermera y estudiantes de psicología, iniciamos esta experiencia como un plan piloto. Previa capacitación a todos los sectores. Se observaron mejorías significativas y se llevó adelante el plan, pero debió interrumpirse porque el Gobierno me apresó, estuve tres meses preso y lógicamente me dejaron cesante.

Pero lo interesante es que al volver a estar libre el Prof. Cegla me volvió a llamar para continuar la experiencia esta vez en dos salas, una de hombres y otra de mujeres. Esta fue una experiencia extraordinaria donde se constató que, tratando bien al paciente, utilizando sus derechos humanos como herramientas terapéuticas y con pocos medicamentos que solo usamos para disminuir algunos síntomas, logramos no solo mejorar sino también rehabilitarlo.

Así, sin batas blancas, sin autoritarismo, escuchando, estando a su lado, dialogando y trabajando juntos podemos lograr que confíe y constituirse en protagonista de su propia recuperación.

Esto nos permitió comprender esta psiquiatría que apunta no a “calmar” al paciente sino a rehabilitarlo, es decir lograr que forme parte de su entorno, que no esté marginado.

Por estas razones, nosotros creemos en una psiquiatría, destinada a ayudar o asistir a la persona que sufre, tratando de contenerla, de comprender qué le está sucediendo, pero más allá de un diagnóstico frío y de clasificadores (me refiero a los DSM y CIE), lograr un diagnóstico de vida, que a partir de los síntomas nos permita adentrarnos en su vida y conocer sus dificultades, sus deficiencias, sus malestares, conocer o acercarnos a la causa de su sufrimiento y poder ayudarle escuchándolo, orientándolo y si fuera necesario indicarle medicamentos para calmar su angustia o poder dormir.

Expresamos en este libro nuestro malestar con esa psiquiatría que avala los manicomios u hospitales psiquiátricos de custodia, como los conocimos, donde el “descuido” negligente del personal hace que los sujetos internados pierdan su calidad de personas, que ya no tienen esperanzas o ilusiones, que ya no esperan nada de la vida, solo viven como zombis.

Esa no es psiquiatría. Esa es una modalidad perversa que ofende a la medicina misma, esa no es la medicina hipocrática que nos habían enseñado, que lo primero es no dañar.

Este libro conjuntamente con los ya presentados por los Dres. Agustín Barúa y Charles Rodas desarrollan los criterios de la Psiquiatría crítica que creemos.

Psiquiatría sí…pero crítica.

Gracias por acompañarnos en este momento muy especial para nosotros.

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