Liz Torrez, quien impulsó un proyecto de gran envergadura, que involucró a la Embajada de Corea. El Gobierno destinó 20 hectáreas en el predio de los ex combatientes de la guerra del Chaco, en Reducto, San Lorenzo y la Embajada donó alrededor de 1.000.000 de dólares con estrecha supervisión del proceso. Me tocó a mí elaborar el proyecto de rehabilitación, este trabajo es un capítulo de un libro sobre el tema.

Ñemity…de la calle a la Comunidad

                                                                                Carlos Alberto Arestivo 2021

Para lograr este propósito necesitamos saber primero …qué es la calle para un niño y quien es ese niño que se formó en la calle.

1. Para comprender qué es la calle para un niño que vive allí, nos hemos sumergido en ese mundo hostil, cruel, indiferente, persecutor, nosotros, los adultos, que también transitamos en las calles, formamos parte de esto.

Nuestras normas de convivencia, las leyes, no llegan a ese mundo. Las calles, el asfalto, la agresividad, la violencia, las inmundicias, el intenso calor y el frio insoportable en ellas, estos niños no tienen ninguna protección. La calle para un niño que vive en ella, es un mundo aparte y tiene sus propias reglas, es un mundo desconocido por nosotros.

2. En cuanto a quien es el niño que se forma en la calle debemos expresar que lo que más llama la atención es la soledad, él se encuentra solo en ese mundo, debe aprender y adaptarse a él, debe soportar el hambre, el frío o calor, el dolor físico y la falta de afectos, más bien el maltrato, el rechazo o la indiferencia. La escuela, los hospitales, no existen para él. Este ambiente, en esas condiciones son las que modelan la personalidad del niño que está en esa etapa de conformación de su personalidad.
3. Este niño es pues una persona que ha desarrollado su inteligencia, porque la situación lo requiere, ha desarrollado su capacidad de adaptarse sufriendo el frio, el calor, el dolor, la soledad, el miedo. Ese niño ha desarrollado una capacidad de resiliencia enorme, ese niño huele cola de zapatero para aliviar su hambre, su dolor, su frío y tal vea una manera también de evadir su terrible realidad.
4. Por otro lado, tiene también una desconfianza notable, si bien aparece como sociable, en realidad tiene una vivencia interior que se torna difícil su abordaje. El desconfía de los adultos, la policía que lo debiera proteger, lo persigue y maltrata, para comer debe pedir limosna, si tiene algún mal físico lo debe aguantar porque los hospitales no lo admiten. Está solo en el mundo, tiene miedo, pero lo soporta.

Este es el escenario y los actores que debemos plantear en este trabajo” de la calle a la comunidad”.

5. Como psiquiatra, esta situación lo veo muy similar a los que viven los pacientes en un hospital psiquiátrico. El paciente entra con sus síntomas agudos, es medicado para calmarle e internado en un hospital con modalidad de custodia, que lejos de intentar curarlo, lo mantiene inactivo y sin ningún programa de rehabilitación.

Nuestra experiencia con las comunidades terapéuticas que me tocó trabajar, aprendí que el ambiente en el hospital psiquiátrico, caracterizado por la indiferencia, por la inactividad y solo los psicofármacos son los que deterioran al paciente.

En la Comunidad terapéutica aprendimos también que justamente el ambiente, planteado de manera inteligente, es el que puede modificar la vida de un niño o adolescente cuya personalidad se está estructurando y sabemos que ésta se genera a través de las relaciones y de una comunicación en un ambiente saludable.

El niño o adolescente no es un paciente, es una persona que le ha tocado vivir en un mundo especial, la calle, y en la estructuración de su personalidad ha generado conductas agresivas, a veces violentas como un mecanismo de defensa. Pero es una persona inteligente que si sabemos cómo tratarlo podrá obtener un beneficio importante no solo para él sino también para toda la comunidad. Es por ello que intentamos crear un ambiente que proporciones todas las cualidades necesarias para que el niño o adolescente se adapte, sobre todo un ambiente especial que permita al niño confiar y así poder expresar sus sentimientos, sus criterios.

6. Yo tenía en mente la organización del ambiente, pero indudablemente para el desarrollo necesitaba de la experiencia de los educadores de calle, quienes tenían la experiencia del manejo de los niños en situación de calle. Así pues, conformamos un equipo que pudo llevar adelante este propósito. Los educadores de calle recibieron con mucho beneplácito esta nueva propuesta, que en realidad no era nada nueva sino adaptar “la pieza” que faltaba al trabajo magnífico que estaban haciendo en PAINAC.
7. Hoy después de más de 15 años de creación de Ñemity, se puede recoger los frutos, y esto se debe a la creación constante del trabajo, no simplemente la aplicación de técnicas sino ese trabajo donde se aprende día a día de la experiencia y la creatividad.

Con ese equipo ideamos ese “rompecabezas” que significaba devolverles la “vida” a esos niños… nuestros niños  que están perdidos en el mundo.

Así con el equipo de educadores de calle planteamos crear un ambiente que le permita al niño sentirse bien, sentirse en casa, sentirse seguro, utilizando su tiempo en un proceso donde la convivencia constituye el elemento fundamental, un reaprendizaje social, a través de las relaciones y los vínculos que va incorporando en su mundo interno. No vamos a generar una especie de familia sustituta, vamos a intentar recomponer su familia de la manera que sea posible.

En ese espacio el niño va a tener la libertad de tomar sus decisiones, pero va también a aprender a respetar las reglas.

8. Ñemity le puede ofrecer un sinnúmero de capacitaciones y el niño puede ser ayudado a encontrar el camino que le permita ser un hombre con posibilidades. En ese ambiente se privilegia el grupo, porque es a través de él que ese niño aprende a expresarse, aprende a ser “él”. En el grupo el niño debe utilizar su pensamiento, debe expresar sus ideas, sus temores, sus penas también. El grupo le permitirá encontrar vínculos donde esos sentimientos que estaban muy escondidos puedan aflorar y crear verdaderos amigos. Así van incorporando nuevos valores y su mundo interno poco a poco se irá reestructurando cuando aprenda a vivir sin aquellos miedos, sin hambre, sin frío y tenga quien los proteja. Ese ambiente en que han desaparecido las necesidades primarias como el alimento, la salud, el techo, la educación, la protección. Este ambiente en esas condiciones posibilitará el proceso de rehabilitación, lo que significa ir más allá de un presente continuo que es el vivir día a día, en ese ambiente, podrá pergeñar un proyecto de vida, podrá pensar o soñar si se quiere en un futuro.
9. Parece tarea fácil pero no es tan así, estos niños han consolidado esa estructura psíquica y han aprendido, por las circunstancias de su vida en la calle, que se han armado de mecanismos de defensa que se vuelve muy difícil de desarmar y valerse nuevas herramientas de defensa como sus derechos humanos, las leyes, los mecanismos sociales de protección etc., que antes funcionaban como enemigos.
10. De ahí la importancia de los educadores de calle, ellos tienen la experiencia y por ello la capacidad de ayudar al niño convenciéndolo a integrar este ambiente que posibilitará la construcción de una persona que se puede integrar a la Comunidad. Ellos serán como modelos, ellos orientarán, los cuidarán y establecerán vínculos que le permitirán buscar y pensar en un programa de vida futura para lo9 cual podrán capacitarse y especializarse. Ellos buscarán tener un relacionamiento con sus familias, conocerán sus dificultades y ayudarán a su vez a la búsqueda de soluciones.

Ellos además contactarán con los vecinos de Ñemity a fin generar solidaridad se constituyan a su vez en protectores de los mismos.

11. Hace 15 años creamos este espacio, es de esperar que el Gobierno crea en los frutos que se está cosechando, y genere en este espacio el apoyo afectivo y económico para lograr cada vez más nuestro objetivo.

De la calle a la Comunidad es nuestra meta.